jueves, 29 de marzo de 2012

Godot y la esperanza

                                                    
                                                      Godot y la esperanza

José H. "Chela"

Se representa estos días por Canarias, a cargo del Teatre Lliure, Esperando a Godot, de Samuel Beckett, y, en principio, recomiendo a todos los que no conozcan esta pieza que acudan a verla, aunque no les pueda hablar aún la versión que dirige Lluis Pascual.

       No crean que me voy a poner en plan cultureta, que procuro no sea mi estilo, pero es que me ha llamado la atención la afirmación de uno de los intérpretes de la obra- lamento no recordar su nombre, pero aquí lo importante es el texto- en el sentido de que Esperando a Godot transmite un mensaje de esperanza al espectador. Uno, que montó en varias ocasiones este monumento al teatro del absurdo y que, por lo tanto, lo conoce bien, se ratifica en su convicción, a la vista de la rara conclusión a la que llega este currante de las tablas, de que los actores, en demasiadas ocasiones, ni se enteran de qué va la cosa. Y es que están en babia respecto a lo que fingen vivir. Si Esperando a Godot sigue siendo, aún hoy- y lo será por muchos años- una obra representable y que continúa interesando a cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad, es, precisamente, por todo lo contrario: porque sume en la desesperanza más absoluta. Porque cierra todos los caminos a la fe. Porque demuestra, a través del humor y del sinsentido, que esperar es vano, que esperar es eterno, que esperar es inútil.
        El hecho de que el actor no haya sido capaz de interpretar el texto que interpreta- aunque eso pueda parecer una paradoja- no implica que su actuación no pueda ser brillante. El actor, en ocasiones como ésta, no es más que un vehículo del autor y una herramienta del director. A un actor le dices que ponga cara de memo y la pone. Si no es memo le costará un poco más de trabajo. Pero, lo normal es que lo sea y que lo haga con perfecta naturalidad.
       En el primero de mis montajes de Esperando a Godot, uno de los intérpretes fue, precisamente, Benjamín Afonso, actualmente redactor de este periódico y corresponsal nuestro en el Norte. Lo digo y lo recuerdo, porque, seguramente, el lector no sabe que Benjamín es un gran y un magnífico histrión, que ganó, en aquella oportunidad el premio de interpretación en el Festival de Teatro de la Universidad de La Laguna.

       O sea, que no es nadie el querido amigo y periodista sobre un escenario...


Nota: Artículo de "Chela" en el desaparecido periódico LA GACETA DE CANARIAS en 2001.

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