domingo, 13 de mayo de 2012

El Corpus Christi de La Orotava

 Benjamín AFONSO

Buscar 800 cajas de pétalos y 100 bolsas de brezo para confeccionar las alfombras del Corpus Christi de La Orotava no es tarea fácil. La comisión encargada de estos trabajos se encuentra cada año con mayores dificultades para alcanzar este objetivo.La mayoría de las veces se consigue gracias a la colaboración que recibe de algunas empresas y ayuntamientos de la zona que, conscientes del problema, destinan de manera altruista miles de geranios, claveles, rosas y hortensias para que el arte floral y centenario de las alfombras se convierta en la más sublime expresión de la religiosidad y del espíritu creativo de sus habitantes.
                          
                       La carencia de flores dificulta la confección de las alfombras
Desde que en 1847 se creara la primera alfombra floral del Corpus Christi de La Orotava, a cargo de la familia Monteverde, frente a su vivienda, en la calle Colegio, hasta la fecha se han producido muchos cambios que han provocado una transformación muy importante en el paisaje de la villa.
Si en aquellos tiempos se recolectaba los pétalos de rosas, geranios y otras flores de diversos tonos de los jardines de las familias más adineradas, que solían ser las que promovían la ejecución de las alfombras; en estos últimos años, esta materia prima, fundamentalmente para la creación de los tapices, ha ido escaseando paulatinamente.
La pérdida de zonas verdes, donde muchos vecinos tenían su pequeño jardín, que cuidaban amorosamente esperando la llegada de las fiestas del Corpus para donar sus flores; la sequía de estos últimos años que ha afectado los jardines y al brezo; el intento de copiar la tradición orotavense por otros municipios de la isla en las mismas fechas y el brutal desarrollo urbanístico en el Valle de La Orotava, está poniendo en serio peligro el arte floral de las alfombras.

Confección
Para cubrir el recorrido procesional se necesitan, como mínimo, 80 cajas de pétalos, 100 bolsas de brezo, vinagreras, espigas, retamas, etc...
Tarea harto difícil porque ya no sólo es la preparación de los vegetales sino que se añade el grave problema para conseguirlos. La comisión organizadora viene haciendo un gran esfuerzo, destinando 20 personas para que visiten los diferentes municipios de la isla, de forma desinteresada, logrando de algunos ayuntamientos y empresas de cultivos ornamentales un importante número de plantas. Además, un día antes, unas 100 mujeres comienzan a deshojar las flores, separándolas por colores y matices. Otro tanto se dedican a picar y a tostar el brezo, hasta conseguir varios colores, desde el negro ébano hasta el verde más intenso.
Otras seleccionan las espigas, retamas y todos los vegetales que serán imprescindibles para crear las mil y una figuras en honor al Santísimo.
A pesar de este esfuerzo, y con todo lo que conlleva, esta artística tradición está perdiendo calidad, reflejada por el problema de la falta de flores y las altas temperaturas, obligando a los artistas a suplir estar carencia con otros vegetales.
Sería conveniente que el Ayuntamiento y la propia comisión organizadora de este evento, el más importante de La Orotava, estudiara acciones dirigidas a garantizar todos los años el suministro de estos materiales para evitar que pierda atractivo y belleza. Considerada no sólo como una expresión del espíritu religiosos y artístico de un pueblo, sino como todo un acontecer cuya fama ha traspasado fronteras, las fiestas de Corpus Christi y San Isidro Labrador, declaradas de Interés Turístico Nacional, el día 31 de enero de 1980, por la Secretaría de Estado de Turismo, merecen todos los esfuerzos de los entes públicos y privados, no sólo de la villa sino de toda la isla.

Una feliz iniciativa
La feliz iniciativa que en 1847 tuvo la familia Monteverde de confeccionar una alfombra de flores para darle a la celebración de Corpus Christi mayor realce, se sigue manteniendo hasta nuestros días. Con toda seguridad las autoras de esta primera obra floral no podían imaginar que estaban sentando las bases de una de las tradiciones más importantes del país.
Aquella obra sencilla fue trazada sobre el empedrado de la calle y en su elaboración se emplearon, con toda seguridad, pétalos de rosas, geranios y otras flores de diversos tonos.
Dicen que en 1849 aparecieron las primeras figuras. Se trataba de un óvalo, enmarcado con adornos en los que destacaban dos palomas. Y fue así como con el paso de los años aquella devota costumbre fue seguida por otras familias como la de Lugo Viña, la Marquesa de la Florida y la de Machado, esta última frente a la plaza del antiguo Teatro Power que lucía en su fachada principal una magnífica obra de cantería. Estas alfombras junto con la de Monteverde eran las únicas que se confeccionaban entonces.

miércoles, 9 de mayo de 2012

El ayer y hoy de Puerto de la Cruz

Benjamín AFONSO

La avenida Colón de Puerto de la Cruz fue el motor principal de la industria hotelera de Canarias y de España. Aunque parezca mentira, en este sector portuense se gestaron grandes proyectos como el Complejo de Lago Martiánez, considerado en los años 70 una de las obras más innovadoras y atractivas del país, gracias a la intervención de César Manrique, que fue el director artístico de esta obra. Y este pequeño espacio portuense fue visitado por personajes tan importantes como Winston Churchill, Arístóteles Onassis, así como Josefina Baker. Y en torno a este lugar se desenvolvía también  la vida de los portuenses, que asistían atónitos al acontecer diario de una ciudad en pleno progreso.  

Luces y sombras de Martiánez

Y todo empezó de forma sencilla, espontánea. En la playa de Martiánez se presentaron un día unas europeas en bikini, y allí se armó el revuelo, el escándalo, los guardias, la gente, la moral, el albornoz, en definitiva, un jaleo.
Eran otros tiempos. Eran los primeros bikinis que desafiaban a cuerpo limpio el aire del Atlántico. Allí fue Troya y desde los sectores más conservadores de la época, como suele ocurrir siempre, se intentó frenar aquel desmadre.Pero la cosa no pasó de ahí y las vikingas, ignorantes de aquella lucha interna y con la connivencia de las autoridades, representadas entonces por el alcalde Isidoro Luz Cárpenter, seguían remojándose y dorando sus pechos blancos al sol mientras que los altavoces de los chiringuitos Agustín y Felipe se escuchaban músicas de aquellos tiempos, como Moliendo café   y otras torrefacciones del momento.  

Winston Churchill saliendo de Lido San Telmo.
No era cuestión de frenar aquella avalancha de gentes adineradas y hasta la guardia municipal estaba advertida de que se hiciera la vista gorda ante lo que parecía un ataque a la línea de flotación de la moral y a las buenas costumbres...

En poco tiempo la playa de Martiánez se puso de moda para los visitantes y residentes. Era, entre otras cosas, el lugar de encuentro de las gentes que acudían a refrescarse al Charco La Coronela, desplante municipal y gracia increíble donde muchos jóvenes aprendimos a nadar.

Y todo esto ocurría en 1958, cuando aún no existía el Complejo del Lago Martiánez, ni siquiera la Avenida Colón, aunque si la pista del Lido San Telmo regentada por José María Sotomayor Carmona y más tarde por Rudolf David Gilbert en las que una tarde entraron el primer Ministro inglés Winston Churchill acompañado de Aristóteles, que había arribado a la isla a bordo del yate Kristina, propiedad del famoso empresario griego, considerado uno de los más ricos del mundo...Y entonces el que fuera por aquellos años Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, no quiere perder la ocasión de conocer el Puerto de la Cruz, subirse a uno de los camellos de Lázaro y recorrer la zona de Martiánez bajo la mirada de Isidoro Luz.
El que fuera Ministro de Turismo Manuel Fraga Iribarne e Isidoro Luz, alcalde de Puerto de la Cruz

Eran tiempos en los que los visitantes que llegaban a la ciudad se consideraban grandes personajes, tanto de la política como del mundo artístico.

El Lido San Telmo era por aquellos años uno de los establecimientos más atractivos donde el incombustible Álvaro Foronda amenizaba los bailes cantando y dándole al piano y al acordeón hasta el amanecer...

Por esta misma fecha abría sus puertas el primer hotel,  El Bélgica, luego el Valle Mar, Las Vegas y el Tenerife Playa. Surgieron discotecas como el Cintra y el Golden Blue y Café Columbus, visitadas una noche por Julio Iglesias después de actuar en el Parque San Francisco sin cobrar ni una peseta porque alguien de la organización se había "mamado las perras", entregándole a su representante un talón bancario sin fondos. El cabreo de ´Julito´ fue descomunal y juró y perjuró que nunca más volvería por aquí...

Y llegó el alcalde Isidoro Luz y trazó la avenida Colón para poner orden y concierto entre los ambiciosos promotores, dispuestos a llevar las construcciones hasta los límites mismos del mar sin reparar en las consecuencias. Pero Isidoro Luz supo frenar aquellos planes y con visión de futuro  hizo de este lugar una de las zonas turísticas más importantes de Europa. Su visión de progreso era extraordinaria, llegando a proponerle al alcalde de La Orotava, don Juan Cúllen, su cuñado, la posibilidad de ampliar la avenida Colón hasta la playa del Bollullo. La propuesta, en principio, no parecía descabellada pero los inconvenientes y los desacuerdos entre los propietarios del suelo afectado hizo que se desechara la idea. Habría que preguntarse si ahora, esa propuesta correría la misma suerte, casi seguro que no.

¿Pero, cómo era el ambiente nocturno en esta parte de la ciudad...? Desde la calle y a través de las grandes cristaleras de los comedores de los hoteles que daban a la avenida se podía ver como los clientes acudían vestidos de etiqueta y eran atendidos por camareros profesionales. Luego, al final, muchos de ellos se repartían por los lugares de moda, especialmente en el Lido San Telmo, las discotecas o las pocas cafeterías que existían entonces. En todas ellas había un espectáculo, la mayoría con actuaciones de grupos folclóricos de la isla o flamenco, sin olvidar la música sudamericana.

Y en medio de este jaleo nocturno, se vivía un ambiente extraordinario en el que mi amigo, el pintor Jesús Oramas, recién llegado de París, cantaba en la Cafetería Oasis las canciones de Edith Piaf   como La Vie en Rose, acompañado al piano por Álvaro Foronda y el trompetista Manolo, que mantenía la sala expectantes cuando interpretaba la canción del Silencio hasta conseguir que los más sensibles se les pusieran los pelos de punta.

Foronda era un hombre entrañable y querido por todos y un veterano de la música, que vivió para el Puerto de la Cruz aportando lo mejor de su arte. De él me quedan muy buenos recuerdos y hasta semanas antes de su muerte siguió con su trabajo, acompañando a los numerosos espontáneos deseosos de cantar, algunos muy buenos, aunque la mayoría daba hasta pena. Pero como la cosa era pasarlo bien, todo era perdonable. Durante más de 30 años en la profesión Foronda vivió muchas anécdotas y experiencias. De una de ellas fui testigo... En cierta ocasión alguien se le acercó y le dijo que quería cantar el tango  Adiós a la Vida, de Carlos Gardel y, efectivamente, así fue porque aquel pobre hombre tuvo la mala fortuna de sufrir un infarto mortal.

El Lago Martiánez
Pero las condiciones que ofrecía el Lago de Martiánez a los visitantes y ciudadanos para el baño no eran las más idóneas, ya que la mayoría de las veces estaba llena de callados como consecuencia de las fuertes mareas que se producen en esta parte del litoral portuense. Era urgente buscar una solución al problema y ofertar una alternativa. Esto hizo que los políticos de la época, centraran su atención en la zona marítimo-terrestre donde habían unos 50.000 metros cuadrados.

Y llega 1967 y después de muchas vicisitudes se encarga a los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos Juan Alfredo Amigó Bethencourt y José Luis Olcina Alemany el primer proyecto de Piscinas Municipales en esta zona.

La idea surge en el transcurso de una reunión celebrada en el Casino Puerto de la Cruz, a la que asistieron representantes del Ayuntamiento, del Centro de Iniciativas y Turismo, así como técnicos municipales y empresarios del turismo y la hostelería. El presupuesto presentado por los ingenieros era de 42 millones de pesetas, financiados por la propia institución local. Los trabajos se adjudicaron a Luis Díaz de Losada, incorporándose a los mismos César Manrique, quien aporta el elemento artístico capaz de conjugar la técnica y el arte para conseguir en todos y cada uno de los componentes que conforman la obra un aire típicamente canario.

Imagínense que los honorarios que recibió Manrique por su trabajo fueron de 450.000 pesetas, cantidad que a los políticos y empresarios les parecía ridícula,  pues en su opinión, si los comparan con los que habitualmente percibía eran irrisorios.
Además, César Manrique no solamente se dedicó al diseño sino que creó dos esculturas de gran valor artístico como el Hombre de los Alisios y La Jibia.

En septiembre de 1971 se inauguran estas instalaciones siendo alcalde de Puerto de la Cruz, Marcos Brito. Con este motivo la empresa constructora y el Ayuntamiento organizan un acto por todo lo alto actuando la célebre vedette internacional Josefina Baker.

sábado, 5 de mayo de 2012

Mohamed Osman, un pintor egipcio en Tenerife

                               
Benjamín AFONSO 

Hace varios días estuve contemplando varios cuadros de Mohamed Osman. Los tenía un amigo colgados en una de las paredes de su despacho. No digo nada nuevo si afirmo que Osman se ha ganado en Tenerife un afamado prestigio como pintor. Contemplando estas y otras obras, se puede afirmar que pocos como el han sabido captar las esencias de nuestros pueblos. Sus cuadros han colgado de las mejores salas culturales. Sus exposiciones han recorrido la isla, y en cada una de ellas se aprecia como el artista recoge aspectos y detalles extraídos del entorno, del paisaje, en concreto de las calles, plazas, casas rurales y edificios del pueblo para convertirlos en la materia prima a partir de la cual el pintor egipcio refleja la luz y la atmósfera insular. Además, recuerdo que en cierta ocasión, mientras le hacía una entrevista me confesaba que "Tenerife era uno de los pocos sitios del mundo que todavía conserva el sentido humano".

Rebuscando entre mis apuntes me encuentro con una pequeña biografía de Mohamed Osman que dice: Nació en El Cairo en 1952, estudia en Roma, durante diez años, donde obtiene el grado de arquitecto por su Universidad, ingresa en la Academia de Bellas Artes y presenta con éxito varias exposiciones. Más tarde, durante el lustro 1981 a 1986, se traslada a Canadá, donde ejerce su profesión - arquitectura-  diseño y decoración-, obteniendo como pintor artístico el estatus de inmigrante independiente, realizando numerosos trabajos en estos campos para algunas empresas de este país y de Estados Unidos.

En 1986 viene a Tenerife donde trabaja, pinta y, lo que es más importante, se compenetra con el paisaje y el paisanaje. El artista se ha ganado el prestigio y un lugar destacado en el mundo del arte de la isla. Sus numerosas exposiciones en las salas de arte más importantes de Tenerife, así lo confirman todas las críticas.

En el año 1993, expone en el Circulo de Amistad XII de Enero de Santa Cruz de Tenerife; en 1994, en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, también de la capital tinerfeña y, en 1995, 96, 97, 98 y 99 lleva su obra hasta la Sociedad Cultural Liceo de Taoro de La Orotava, además de otro pueblos de la isla, lo que le ha valido que destacadas personalidades del mundo artístico le hayan dedicado elogiosos comentarios:..."es un pintor que nos retrata la visión real del paisaje, donde hay transparencias y sugerencias, donde el alma sensible del pintor sabe colocar en su justa medida la leyenda de una ventana o el silencio de una calle".

Los colores son los propios de esa madera gastada por las erosiones de los siglos o de esas tejas de barro donde ha discurrido el agua, dando vida a los verodes en centurias. Pintor de buena escuela, conoce las proporciones y los ángulos. Es discreto en el cromatismo y sincero", "...domina la luz de dentro y fuera de las islas, conoce sus secretos...", "no reproduce lo visible sino que hace visible lo que no siempre lo es".

Ahora, Osman trabaja y reside en Tenerife y ha descubierto que todo cuanto le rodea, incluido el detalle y el recoleto más insignificante, forma parte importante de su obra. Y es que pintar un paisaje no es describir unos accidentes.

Eso es fácil. Lo dificil es pintar un rincón de esta parte de la isla, es interpretar una manera de ser y de sentir, como lo hace Mohamed Osman en todos y cada uno de sus cuadros. Pero hasta conseguirlo son muchos los días y las noches que ha pasado en soledad por los mil y un vericuetos de la isla; son muchas las horas buscando una luz, un crepúsculo, "un sentido a la vida sujeta a un paisaje".

Convergencias de culturas   

En una de las pinturas adquiridas por mi amigo, aparece una antigua vista del pueblo del Realejo Alto. En ella figuran aspectos y detalles recogidos del entorno rural. En otra de su obras aparecen "los castellanos y los guanches, el Adelantado y el  Mencey".

Juan del Castillo nos comenta que tres son las culturas que convergen en la mirada pictórica de Osman: la egipcia, la latina y la sajona. A decir del crítico, Osman frecuenta "algunos de los rincones por los que hemos pasado infinidad de veces, que siempre han estado allí, pero en los que nunca hubiéramos reparado si Osman no nos hubiera llamado la atención, si no proclamara con su pincel su sobria belleza".

Estos óleos, significa el comentarista orotavense, "llevan implícitos mensajes, tienen valor testimonial, son grito callados de denuncia. Si algún día esas reliquias desaparecieran, seguirán viviendo en los cuadros osmanianos".
Por su parte, Salvador García introduce un nuevo matiz al ver en la obra de Osman un rasgo reivindicativo, "en clara disconformidad con el deterioro de las cosas, del hecho natural y de la propia obra humana". "Desde este punto de vista, la pintura del artista egipcio cobra un interés casi patrimonial".

  


martes, 1 de mayo de 2012

Las "dos Orotavas"


 Benjamín AFONSO

La Orotava fue fiel reflejo de lo que aconteció en toda España en la primera mitad del siglo pasado. Nos referimos a las "dos Españas", a las "dos Orotavas", que extrapolándolo a nuestra querida Villa, más que diferencias políticas lo que hubo fueron encarnecidos odios personales.
La juventud de los años 60 conoció la última etapa de una serie de personajes que sufrieron en sus propias carnes estos aconteceres. Cada uno de ellos con sus particularidades fueron protagonistas en el desarrollo social, cultural y político de la villa.

"Las dos Orotavas"
 A Manuel González Pérez, Juan Hernández Correa, Jesús Illada, Jesús Raya y a Domingo González nos lo encontrábamos en numerosas ocasiones en La Orotava.
Otro, como Manolo Illada, Lucio Illada y a Florencio Sosa los conocíamos de oídas.
Con sus particularidades, fueron protagonistas de una etapa histórica de nuestro país. Y aunque todo aquello había quedado atrás, a la hora de evocar los episodios lo hacíamos en voz baja y en lugares de confianza...

Unos habían regresado del exilio, otros se incorporaban a la vida cotidiana después de haber estado en prisión, y otros, como los hermanos Manolo y Lucio Illada nunca más regresaron porque fueron fusilados por defender sus ideales.Todas aquellas historias nos sobrecogía el corazón, la de las "dos Orotavas"

Juan Hernández Correa regresó un día de su exilio de la República Dominicana. Su aparición en La Orotava despertó en los sectores más conservadores los mil y un comentarios, a pesar de que ya se respiraba cierto aire de libertad. Persona correctísima y culta, lo encontrábamos con frecuencia en Casa Mereja, la mayoría de las veces solo y, en ocasiones, charlando con los asiduos de bar. Se veía un hombre cansado, desilusionado de todo y como arrepentido del regreso. Jamás se le escuchó comentar nada de aquella guerra fratricida...

El regreso de Juan Hernández Correa a su pueblo le sirvió de muy poco. A su lado solo nos acercábamos los jóvenes más progresistas. Otros, sus contemporáneos, los que creía eran sus amigos, le rehuían, le evitaban... Un día, sin esperarlo y mientras se tomaba unos vinos, sorprendió a un grupo de jóvenes que le acompañaban: "Si triste fue el exilio, más cruel es la marginación a la que me someten"... "Mi regreso"- añadió- "es un verdadero fracaso"...

Y llegaron los años 80 y Jesús Illada estuvo en el Puerto de la Cruz donde el Partido Socialista celebraba un Congreso y dijo: ""Si todo lo que se escucha en la calle es cierto, tenemos que avergonzarnos de ser socialistas...". Hubo aplausos, ovaciones, pero también miradas de sorpresa entre algunos de los congresistas asistentes... Illada rechazó ir como candidato al Senado y al Parlamento porque sabía de su enfermedad y de su edad avanzada. Era consciente de que su tiempo había pasado.

La Censura
Y en algunos bares de La Orotava sonaban los nombres de Luis Álvarez Cruz, Emeterio Gutiérrez Albelo y Pedro García Cabrera... Mientras, en la desaparecida librería de Manuel Vivas se suministraba a los amigos de confianza las obras de Miguel Hernández, García Lorca y otros autores prohibidos. Algunas de sus obras servían luego para escenificar recitales poéticos a cargo del grupo La Palestra, dirigido por mi amigo José H. Chela, fallecido hace unos años. Él siempre se empeñaba en burlar el férreo control que existía por parte de la SGAE, cosa harto difícil porque la mayoría estábamos catalogados como "elementos no simpatizantes al régimen". Así que la mayoría de las veces salíamos mal parados y con más de un problema, afortunadamente sin consecuencias.

"Juan sin tierra" es el título de una obra de teatro que se representó en el Cine de Los Realejos, allá por los años 60. Su autor, Marcelino Domingo, Ministro de Cultura durante la República. El aforo hasta la bandera. La cosa se presentaba prometedora hasta que ya avanzada la representación hicieron acto de presencia los llamados "grises", cuerpo policial llegado expresamente desde la capital acompañando a uno de la SGAE... Aquello fue Troya porque no había permiso para poner en escena aquella pieza teatral que, para más inri, su autor había sido republicano hasta la medula. Como la autoridad gubernativa había hecho acto de presencia en la primera parte de la representación, permitieron que terminara.
En la segunda, el público, ignorante de lo que estaba sucediendo y en vista de que pasaba el tiempo y no aparecía nadie en escena se formó un gran escándalo. Tanto, que el griterío del público, los dimes y diretes entre los responsables de aquel grupo, Miguel Ángel Martín y Paco Polo, que no La Palestra como se empeñan algunos, la representación pudo continuar. Aunque eso sí, el propietario del cine tuvo que jurar ante los responsables policiales y aquel "jodido" censor que jamás volvería a permitir un acto sin antes tener en sus manos el permiso de la Sociedad General de Autores (SGAE)....Aquel pobre hombre así lo hizo, pero además también juró que a Miguel Ángel y Paco Polo (fallecidos años antes que Chela) no los quería por allí ni con todos los papeles en regla.

Afortunadamente, para aquel grupo de jóvenes la cosa no pasó de ahí y todo se quedó en un susto gracias a la intervención de José Estévez, entonces Jefe Provincial del Movimiento, que, enterado del lío en que se habían metido sus alumnos no permitió males mayores.

Y por aquellos años falleció Domingo González (padre de nuestro historiador Nicolás Gonzalez Lemus), un luchador del socialismo sometido a tortura en numerosas ocasiones. El féretro entró en la iglesia de San Juan de La Orotava cubierto por la bandera del Partido. En un pueblo conservador aquello más que sorpresa asustó a más de uno que abandonó el templo. Y en el cementerio se cantó  la Internacional a pesar de que el pobre sepulturero, casi llorando suplicaba que si iban a cantar aquel himno lo hicieran bajando el tono de voz...

Primer alcalde republicano
Uno de los que nos había llamado la atención fue Manuel González  Pérez. Le conocí en la década de los años 60, creo. Hasta él me llevó Francisco González Casanova para hacerle una entrevista para el periódico El Día. Nos esperaba en su casa, en la calle Francisco de León. Nos recibió e inmediatamente comenzamos a conversar. Era un hombre algo mayor, pero con una memoria y una agilidad mental extraordinaria. Contestaba a mis preguntas dando fechas y lugares sin titubear, con seguridad. Allí estuvimos varias horas, al final salí satisfecho del trabajo. No obstante, al llegar a la redacción José Manuel de Pablos Coello, entonces director del citado diario censuró tanto la entrevista que se quedó en algo más de una columna. Y no era para menos, pues aún existía un férreo control sobre los medios de comunicación. Además, recuerdo que Casanova, con el que mantuve siempre una gran amistad hasta su fallecimiento en la Navidad de 2006, esperaba la llegada de un alto cargo del Gobierno de Fidel Castro, cuya presencia debía pasar inadvertida. El motivo lo ignoraba, aunque después y durante una cena a la que fui invitado días más tarde llegue a enterarme por ellos mismos. No era otro que llevar a Cuba una importante cargamento de medicamentos para la población, todo ello gracias a las gestiones que había realizado Casanova. Tal fue la amistad que hice con el representante del Gobierno cubano, que al mes siguiente Paco me llevó a Cuba. Allí estuve una semana y al llegar nos recibieron como grandes autoridades, pués del aeropuerto hasta el hotel nos dio protección un grupo de policías.Y es que Casanova era un personaje muy querido para el régimen cubano.                  

Pero dejemos esto para decir que Manuel González Pérez había realizado sus estudios de medicina en la Universidad de Barcelona, donde aprobó los dos primeros años. No obstante, la inesperada muerte de su padre le obligó a dejarlos por ser el mayor de los hermanos y hacerse cargo de la empresa agrícola familiar. En los años anteriores a la proclamación de la República colabora en medios de comunicación republicanos como "Decimos", un periódico villero que supo aunar a todos los que ansiaban su advenimiento.

Con la instauración de la República accede en 1931 a la alcaldía de La Orotava. Son años de considerables realizaciones, entre las que destacaron la central hidroeléctrica, inaugurada en 1934, y que supuso un importante aumento de la capacidad energética municipal, un logro que fue plasmado en ese año en la alfombra de la plaza del Ayuntamiento con motivo del Hábeas. La Casa de Socorro y un avance considerable de la carretera desde La Orotava a Vilaflor a través del Parque Nacional de Las Cañadas del Teide entre otros, conformaron su gestión al frente del Ayuntamiento.

Y llegar 1936 y volvió a ganar las elecciones municipales dentro de la Coalición del Frente Popular y como miembro de Izquierda Republicana. Es entonces cuando decide potenciar la enseñanza en todos los niveles, alcanzando en víspera del 18 de julio la consecución de un instituto de Segunda Enseñanza para su pueblo.

Dicen que la última alfombra central durante la República glosaba ese logro para la localidad.
El 4 de junio de 1936 marchó junto con una comisión de cosecheros, encabezada por Luis Benitez de Lugo, a Madrid para lograr del Gobierno rebajar los fletes y otras mejoras para hacer frente a la grave crisis del sector platanero que sufría las consecuencias de la pérdida de mercado motivada por la gran depresión mundial y que veía en la potenciación del peninsular una vía para paliarla. Sus gestiones fueron exitosas, por lo que obtuvo todo lo solicitado.

En esa coyuntura le sorprende en Madrid el 18 de julio que iniciaría la Guerra Civil.
El logro histórico de la consecución del instituto para La Orotava quedó truncado con la victoria del régimen de Franco, que abrió un vacío en la enseñanza, cosa que no pudo paliarse hasta 30 años después.

En 1968, siendo Rector de la Universidad de La Laguna el orotavense Jesús Hernández Perera, la villa tuvo por fin una sección delegada del llamado femenino de La Laguna, que accedería en cuatro años al rango de Centro Independiente poniendo fin a los considerables obstáculos que encontró para su creación a pesar de que pueblos de mucha menor población ya contaban con él con bastante antelación. Paradogicamente, en 1975, en el año de la muerte del general Franco, finalizó el COU la primera promoción que realizó sus  estudios de bachillerato en el municipio.

Activista Republicano

Para Manuel González, los tres años de la Guerra Civil fueron de activismo a favor de la causa republicana, trabajando para ella tanto en el frente de Madrid como en las áreas costeras, llegando incluso a tratar de intervenir en el Norte de África con el objetivo de sublevar contra las fuerzas de Franco a las cavilas marroquíes. En 1939 marcha camino del exilio desde Barcelona. El fin de la contienda fratricida anuncia el de la II Guerra Mundial, que le recluye en los campos de concentración en Argeles, San Ciprian y Bacares, incluso en el Muro del Atlántico de Normandia donde los nazis le obligaban a integrarse en compañías de trabajo forzados. Fugado, siendo nombrado jefe de la Resistencia Española en el centro de Francia, acompañado en todo momento por amigos del Valle de La Orotava como Agustín Baeza, Minguillón o Juan García. Con la paz sigue residiendo en esa localidad francesa hasta que en 1964 pudo retornar a su tierra gracias al respaldo del solicitud del general Lorenzo Machado y el Ministro de la Gobernación de Francisco Franco, el palmero Blas Pérez González, compañero de estudios en Barcelona. En la Orotava habían quedado su mujer y ocho de sus hijos. Falleció en la villa el 20 de septiembre de 1975. Dos meses después moría el general Franco.